Nueva Londres. Caaguazú.- Con gran presencia de público, procedente de la zona de Caaguazú y de distritos vecinos, como Coronel Oviedo y San José de los Arroyos, se realizó ayer en Nueva Londres la peculiar Fiesta del Tuju, que de un tiempo a esta parte se volvió una verdadera tradición y cada vez atrae a mayor cantidad de participantes y curiosos.
Esta es una peculiar celebración que se realiza cada 1 de enero en la plazoleta municipal de la localidad, donde los participantes se divierten bailando en el barro. Previamente untan sus cuerpos con lodo, en el cual se revuelcan por iniciativa propia, o porque los ya embarrados los llevan a revolcarse, y luego comienzan a bailar. La Fiesta del Tuju fue uno de los números más atractivos en la celebración de los festejos patronales de esta localidad, ubicada al oeste de Coronel Oviedo, donde el santo patrono es el Niño Jesús. Del espectáculo participaron niños, jóvenes y adultos, hombres y mujeres, todos los que tenían la predisposición de cubrirse con el barro y acrecentar esta tradición de la que todos se sienten orgullosos en la comunidad.
TRADICIÓN
La Fiesta del Tuju comenzó hace más de 20 años y surgió casi fortuitamente, porque en un día en que se realizaba en la plazoleta una fiesta popular, en el marco de los festejos patronales, comenzó a caer una copiosa lluvia y los bailarines no se retiraron de la pista y continuaron bailando en el barro, explicaron algunos lugareños consultados. Al año siguiente, ya hubo buen tiempo, y como la fiesta le gustó a la gente, los vecinos acarrearon agua en baldes y tambores para producir barro en la pista de tierra de la plazoleta y bailar salpicados de tierra mojada. Hoy día ya se volvió una tradición y por extensión un gran negocio, que deja mucha plata a la comunidad. Al principio no eran muchos los participantes, pero luego de unos tres años ya el evento cobró notoriedad y todos querían participar. En los últimos tiempos, la cantidad de personas que participan de este extraño evento, tal vez único en el mundo, llega a alrededor de 5.000 por año.
Alegría en el barro de Nueva Londres
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