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Tres mil empleados de Itaipú ganan más que 70.000 estatales



El empecinamiento del Gobierno en ocultar gastos de Itaipú se explica comparando los ingresos de sus empleados con los del resto del funcionariado. Un empleado suyo gana en promedio 20 veces lo que cualquier otro trabajador estatal. Para mantener tres mil empleados, Itaipú gasta cada año lo que ganan en conjunto más de 70.000 empleados de la administración central.


Un informe confidencial de Itaipú al que accedió el diputado liberal Efraín Alegre contiene detalles sobre los gastos de Itaipú en concepto de salarios y otros beneficios para sus trabajadores que explican en gran medida por qué el Gobierno se niega sistemáticamente a rendir cuentas sobre las erogaciones de la entidad.

De acuerdo con estos datos –que corresponden al año 2004–, los funcionarios de la hidroeléctrica tienen en promedio un ingreso anual equivalente a 78.101 dólares, casi 20 veces lo que percibe por año cualquier otro trabajador del sector público, unos 4.063 dólares.

Las cifras son sorprendentes. Por unos 3.254 empleados, Itaipú pagó en el 2004 más de 305 millones de dólares. La cifra representaba por aquel entonces el equivalente al ingreso anual de unos 70.449 empleados de la administración central, en su conjunto.

Ni siquiera el servicio diplomático se le acerca. Pese a ser los funcionarios mejor rankeados en la pirámide salarial del Estado (esto debido a lo que se paga a los diplomáticos de servicio en el exterior), los trabajadores de Relaciones Exteriores tienen un ingreso promedio anual de solo 25.000 dólares, un tercio del ingreso promedio por año de los funcionarios de Itaipú.

Los datos corresponden a una auditoría practicada en Brasil. Incluye a todos los funcionarios de la hidroeléctrica, tanto paraguayos como brasileños.

Los funcionarios mejor pagados son los consejeros de la binacional, que registran beneficios por encima de los 45 millones de guaraníes. Como representantes del Estado paraguayo se incluyó a políticos sin ningún grado académico relacionado con el estudio de las hidroeléctricas o de las megaestructuras, o cuando menos de la administración. Un ejemplo notable es Aníbal Saucedo Rodas, periodista devenido político que de ayudante de cátedra del actual presidente Nicanor Duarte Frutos –cuando este se desempeñaba como docente de la Facultad de Filosofía– ocupa hoy la representación de la Cancillería Nacional ante el Consejo de Itaipú.

Este manejo discrecional de salarios y demás beneficios laborales explican en gran medida el silencio rabioso que guarda el Gobierno con relación a los gastos de la hidroeléctrica. Pese a los reclamos de la prensa y de varios sectores organizados de la sociedad, la administración Duarte Frutos se ha negado a revelar cualquier tipo de información referida a las erogaciones de la entidad.

Desde Itaipú, aseguran que no están obligados a rendir cuentas de sus gastos ante ninguna entidad estatal porque no pertenecen al personal del Estado paraguayo. Consultados en qué artículo de la Constitución Nacional o del Tratado de Itaipú se basan para llegar a semejante conclusión, ninguno de los defensores de la tesis pudo responder.

No hay un solo artículo de la Constitución que establezca la figura de la binacionalidad, y menos la del funcionario binacional. La Carta Magna solo hace referencia a los funcionarios y empleados públicos.

El punto es clave para entender el proceso de investigación que se deberá llevar adelante con relación a los gastos sociales.

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