El ex obispo de San Pedro también lidera las preferencias del electorado en todos los niveles de educación: primario, secundario y universitario, según la encuesta. Blanca Ovelar arrastra más el respaldo de los universitarios y en menor escala del nivel secundario y primario, al igual que Pedro Fadul, mientras que Lino Oviedo tiene preferencia entre los sectores menos instruidos de la población.
En cuanto al nivel socioeconómico, Lugo y Oviedo tienen mayores respaldos entre los ciudadanos de la clase media para abajo, mientras que la candidata colorada aglutina a los que ostentan la clase más pudiente del país, al igual que Fadul.
La encuesta refleja que el 42.1% de las mujeres y varones con derecho a voto optan por Lugo, mientras Ovelar tiene el 24.4% de las intenciones de voto, Oviedo se queda en el 23.6% y Fadul en el 2,5%.
Lugo es la primera opción por sexo y por edad. El ex obispo aglutina en mayor porción el respaldo del electorado de todas las edades, desde los más jóvenes hasta los que superan los 65 años.
El ex prelado igualmente tiene la preferencia del sector femenino de la población, al igual que Ovelar, mientras que Oviedo y Fadul congregan más al electorado masculino, según la muestra.
La diferencia a favor de Lugo se mantiene en las distintas áreas. Es así que en la zona urbana lo apoyan el 39,5% del electorado, mientras que el área rural están con él el 46,6% de la población, siendo muy notoria la aceptación del candidato en el sector campesino.
Blanca tiene mayor preferencia en el área urbana con un 27,2% y Oviedo mantiene su preferencia en le sector rural con un 27,9%.
La eterna transición
Por Rino Giret
Jefe de Redacción
Quizás el mayor misterio en torno al proceso de transición democrática iniciado a cañonazos en febrero de 1989 es determinar cuándo llegará a su fin. En los primeros años, no pocos pensábamos que se daría con el repliegue del poder militar, lo que ocurrió sin que ello significara el fin del proceso.
Con el paso de los años y de sucesivas elecciones surgió con más claridad una condición ineludible para que los paraguayos dejemos de vivir en eterna transición e ingresemos definitivamente a una democracia plena. Y esa condición es la garantía absoluta de que el poder político nunca más debe estar divorciado de la voluntad popular.
La encuesta que La Nación publica hoy demuestra que Fernando Lugo, un ex obispo devenido a político a pedido de Pedro Fadul, es claramente el candidato que atrae la mayor intención de votos para los comicios de abril.
Surge entonces la interrogante acerca de la probabilidad de que los colorados le entreguen el poder en caso que resulte electo, lo que no es otra cosa que preguntarnos si nuestra transición puede garantizar el cumplimiento de aquella condición.
Supongo que a estas alturas Lugo ya habrá entendido que las elecciones no se ganan con encuestas, es decir, que lo que tiene hasta ahora no alcanza. A la hora de la verdad, un candidato depende de la capacidad logística y del engranaje electoral que montó para sostener el triunfo.
En definitiva, el favoritismo de Lugo viene a poner en cierta manera a prueba la madurez de nuestra transición, aunque no por ello debamos concluir que el proceso concluirá cuando recién se produzca la alternancia.
Ex obispo lidera respaldo en todos los niveles y áreas
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