LA ALBIRROJA YA ESCUCHA TAMBORES AFRICANOS

Por la punta se brinda con vino tinto.

Paraguay no se apiada de nadie cuando juega en casa y consiguió anoche su cuarto triunfo de local, al batir incuestionablemente a Venezuela por 2-0, con anotaciones de Cristian Riveros y Nelson Haedo Valdez, ambas en el primer tiempo. Con los puntos logrados, la Albirroja suma 17 unidades y tiene la punta a salvo de los resultados que puedan darse hoy en el complemento de la octava fecha del selectivo sudamericano para el Mundial Sudáfrica 2010. Sus escoltas más cercanos son Brasil y Argentina, ambos con 12 puntos.





El festejo de los goleadores Cristian Riveros y Nelson Haedo. En ambos goles hubo participación de Roque Santa Cruz, otra gran figura de la noche.
La selección nacional sigue su auspiciosa marcha en las eliminatorias, las que lidera cada vez más con justificada ventaja. Anoche, superó con claridad a Venezuela por 2-0, resultado con el que deja fuera de discusión el liderazgo, aun faltando cumplirse los restantes cuatro partidos de la octava fecha del selectivo sudamericano.

El de anoche fue un triunfo claro que no tuvo el brillo de exposiciones precedentes, pero que tampoco estuvo expuesto a no ser consumado. Las predisposiciones de ambos fueron diametralmente opuestas, una, la nuestra, de decidido corte ofensivo, y la otra, de un tinte conservador, en su punto más alto, sobre todo en el primer tiempo.

La impresión que causaba el trámite del compromiso era de una inminente caída del frontón visitante, más por su afán en renunciar a una aspiración mejor que el empate, que por la enjundia ofensiva albirroja, que, pese a su insistencia, no lograba posicionar a sus hombres de cara al arco de Vega, que no había pasado sobresaltos mayores hasta que llegó el gol de la ventaja inicial.




Baile en la punta. Tras el primer gol, la celebración fue en un corrillo en el que los jugadores de la selección nacional ensayaron un baile semejante al de algunas tribus aborígenes. La Albirroja sigue en el buen camino rumbo al Mundial.
Paraguay buscaba reiteradamente por los costados, con Bonet y Morel lanzados decididamente por sus flancos, pues “Topo” les daba la libertad de hacerlo, al juntarse como líbero entre Manzur y Da Silva. Santana y Riveros no pasaron apremios para posesionarse del medio, factores que en conjunto iban inclinando paulatinamente las acciones hacia el área venezolana y ponían reiteradamente en acción a los delanteros, Roque y Haedo, que no lograban facturar. Pero comenzaron a aparecer y, con ello, la Albirroja empezó a desnivelar.

Haedo peinó y Roque cedió para Morel que lanzó un disparo rasante para que Riveros se luciese en esa doble función que la ejercita con prestancia, y pusiese al equipo en ganador.

Ventaja necesaria para ir apuntalando otros objetivos que no tardaron en aparecer, porque producto de la confianza, el equipo unió mejor sus líneas y la superioridad se basó en argumentos más convincentes que el intento de voluntades individuales. No hubo reacción adversaria y la Albirroja siguió con su disposición ofensiva, que le permitió ampliar la ventaja. Tras sucesivos toques en el fondo, “Topo” sacó larga para que peinase Roque y Haedo hiciera delirar a la multitud con un gol de gran factura, en el final del primer tiempo en el que no hubo brillo, sí tremenda efectividad, aditamentos que se revirtieron en la complementaria, para redondear otro gran éxito de la Albirroja.