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“Hoy termina el Paraguay con fama de corrupción”


EN SANDALIAS Y CAMISA, TAL COMO HABIA ANUNCIADO

Con un enérgico “¡Sí, juro!”, Fernando Lugo asumió la Presidencia
En sandalias y camisa de ao po’i, tal como había anunciado, Fernando Lugo juró ayer como el 51 presidente constitucional de la República del Paraguay. Una cantidad importante de gente colmó las plazas frente al Congreso para escuchar un enérgico “¡Sí, juro!” del ex obispo de San Pedro.

Emocionado, Fernando Lugo saluda a la concurrencia, poco después de jurar y recibir la banda presidencial.
“Fue una noche muy corta”, decía ayer Fernando Lugo (57), al enjambre de periodistas que montaba guardia frente a su casa desde la madrugada. La tensión y el cansancio se reflejaban en su rostro.

Las horas previas al acto de juramento las dedicó a orar en la capilla de la Congregación Verbo Divino, a la que perteneció por más de 30 años; y a copiar la Proclama de 1811, escrita en un mural de la Casa de la Independencia, ubicada entre las calles 14 de Mayo y Presidente Franco, de la capital.

Recorrió cada rincón del lugar. Dijo que quería tener una foto del Dr. José Gaspar Rodríguez de Francia en el Palacio de López, preguntó si de Bolívar (Simón, el libertador de América) no había nada allí, y volvió a la calle por el callejón histórico.

A las 9:00, el “¡Sí, juro!” enérgico de Lugo retumbó en las colmadas plazas y recibió de respuesta un cerrado aplauso de la gente, que comenzó a corear la canción “Patria Querida”, mientras Lugo iniciaba su discurso en guaraní y las Fuerzas Armadas saludaban con 21 cañonazos al Presidente constitucional número 51 de la República del Paraguay. Vestía camisa blanca de ao po’i, y sus tradicionales sandalias marrones en los pies.

El acto culminó a las 10:00, con el “Canto de esperanza” de Carlos Noguera, interpretado por el Grupo Sembrador.

Luego del juramento, se refugió en el Palacio de López, de donde salió no en el clásico Cadillac blanco, modelo 1969, utilizado por casi todos sus antecesores; sino en una Toyota, tipo Jeep, descapotable, propiedad del Ejército, acompañado de su inseparable custodio Marcial Congo y su secretario privado Miguel Rojas.




El presidente hace la “V” de la victoria, al acceder al palco principal donde prestó juramento ayer. Más que emocionado, se le notó nervioso. A su derecha aparece el senador Sixto Pereira, de Tekojoja.
Las veredas de las calles adyacentes al Congreso y el Palacio estaban colmadas de persona que con banderas en mano saludaban el paso del Presidente. Y este, con un rostro un poco más relajado, correspondía con la mano en alto.

Participó junto con todos los mandatarios invitados del Te Deum en la Catedral Metropolitana, presenció el desfile militar y compartió un almuerzo en Mburuvicha Róga, adonde se sigue resistiendo ir a vivir.

Fernando Lugo promete hacer historia, con un gobierno abierto, austero y transparente.

PRESIDENTE 51

Fernando Lugo Méndez, 57 años, oriundo de San Solano, distrito de San Pedro del Paraná, se convirtió ayer en el presidente número 51 del Paraguay, desde su independencia.

Lugo hizo historia, porque siendo obispo de la Iglesia Católica renunció al hábito para incursionar en política. Roma primero lo suspendió “a divinis”, pero, el 31 de julio pasado, el papa Benedicto XVI le concedió la pérdida del estado clerical y lo redujo al estado laical. Además, desalojó del poder al Partido Colorado luego de 61 años.

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